Humor y marketing, ¿el binomio perfecto?

Es cada vez más frecuente observar cómo las campañas promocionales más eficaces son las que rompen con lo establecido. Meter una palabra poco apropiada en una frase o preguntar en tono jocoso algo son acciones que parecen dar buenos resultados. ¿Hay algún límite para esta estrategia?

En principio no, ya que, en realidad, lo que consigue es llamar la atención del cliente potencial. Ahora bien, la risa y la sorpresa se quedan en el titular y han de estar respaldadas por un producto o servicio de calidad. Lo decimos porque resulta bastante frecuente ofrecer cursos de formación para copywriters y expertos en marketing digital en los que el humor parece ser la clave, pero no siempre es así.


Más bien, estas estrategias están destinadas a la publicidad y no tanto a lo que entendemos como marketing de contenidos. No queremos decir que la seriedad deba ser prioritaria, pero sí que la comedia no siempre es sinónimo de éxito o de conseguir una conversión.


La clave está en mantener el equilibrio entre un tono familiar y la profesionalidad que se espera de quien vende algo. Entonces sí que estaríamos ante el binomio perfecto.


Foto de Meghan Lamle en Unsplash

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